
• La cajita anti-rabia:
Antes comentaba que los adultos tenemos nuestros trucos para sobrellevar el estrés, el enfado o la preocupación. Ahora es el momento de darle a los pequeños, los suyos.

Para realizar esta actividad necesitarás:
• Exterior de la caja: Una caja de cartón. Papel para forrarla: Revistas, comics, pegatinas, papel de regalo... ¡Utilizad tu imaginación! Pegamento Tijeras
• Interior de la caja:
Plastilina. Hojas para rasgar o arrugar (Papel de periódico o revistas viejas). Pelotas de material blando. Cojines pequeños. Hojas en blanco. Ceras de colores. Cuentos que traten el tema de la rabia y el enfado. Te recomiendo títulos como los siguientes. Cuando estoy enfadado. El oso gruñón. Hoy estoy enfadado.
Con esto, lo que pretendemos es darle herramientas para exteriorizar su ira y su frustración de una forma sana y no dañina. Mientras construimos nuestra cajita, le explicaremos que cuando se sienta enfadado, puede golpear la plastilina; rasgar el papel o expresar sobre el papel cómo se siente. También puede hojear cuentos con los que se sienta identificado. De la misma forma que a nosotros nos gusta ver una película triste cuando nos sentimos así, ellos podrán identificarse con el protagonista del cuento.
• El rincón de la tranquilidad:

Cuando sentimos que la ira o el enfado nos invade, tanto a adultos como a niños, es recomendable tetenernos unos instantes. Tener a mano un rincón que nos resulte acogedor, cómodo y que nos evoque paz y tranquilidad, resulta de gran utilidad en estos casos. Una vez más, lo fundamental de esto es que disfrutéis de un rato juntos, creando la decoración adecuada y buscando los objetos que consideréis más apropiados para este espacio. Con su viejo colchón de cuna y unos cojines, ya tenemos lo básico para comenzar. También nos puede servir una alfombra peludita, que resulte cómoda.
• ¿Qué más añadir?
• Guirnalda identificativa. Te sugiero crear una guirnalda que le dé nombre al espacio. Podéis recort

ar juntos las letras y pegarlas a un hilo de cuerda o de lana. O crear diferentes figuras y escribir vosotros mismos las letras. Trabajar en equipo seguro que os resultará muy gratificante.

• Mandalas y papeles para dibujar. Colorear resulta tremendamente relajante. Unas cuantas hojas de papel en blanco para dibujar y unos mandalas impresos no pueden faltar en este espacio. ¿Donde conseguirlos? No te preocupes, en internet hay muchos para imprimir.
• Lectura, música, peluches, incienso (nunca a su alcance)... Crea un lugar para él, donde pueda “bajar revoluciones” y desconectar. Un espacio que le permita estar un ratito consigo mismo, en paz y tranquilidad. Donde pueda relajar su mente y también su cuerpo. Si deseas conocer más trucos para hacerlo, puedes leer este artículo.